Plantas adaptógenas

El término «adaptógeno» es bastante novedoso en el mundo de la salud y se ha puesto rápidamente de moda, apareciendo en multitud de artículos y recetas.

Sin embargo, eso no significa que las plantas adaptógenas sean un descubrimiento nuevo.

Estas hierbas, raíces y semillas han existido durante cientos de años en la medicina oriental en las tradiciones curativas chinas y ayurvédicas. 

Se conoce que algunas sociedades cazadoras-recolectoras como los Nanai ya comían bayas y semillas para reducir su sed, hambre y agotamiento.

Por otro lado, los adaptógenos se estudiaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente en la guerra fría. Los científicos buscaban una forma de ayudar a los pilotos a reducir su fatiga para volar durante más tiempo.

¿QUÉ SON EXACTAMENTE LOS ADAPTÓGENOS?

Los adaptógenos son plantas no tóxicas que se utilizan para ayudar al cuerpo a resistir factores estresantes.

El estrés causa cambios físicos en el cuerpo y puede dañar los sistemas neurológico, endocrino e inmunológico.

Ante cualquier estresor, el cuerpo pasa por tres etapas:

  1. Fase de alarma: se rompe la homeostasis del organismo.
  2. Fase de resistencia: el cuerpo intenta recuperar el equilibrio a través de diferentes reacciones (fisiológicas, metabólicas, hormonales…). Si el estrés es asimilado, el organismo se sobrepone e incluso obtiene una mayor tolerancia a dicho estrés
  3. Fase de agotamiento: si el estresor es demasiado grande o continuado en el tiempo puede producirse un estado donde el cuerpo agota sus recursos y pierde su capacidad de activación o adaptación.

Los adaptógenos ayudan a ofrecer una mayor resistencia y soportar mejor los estresores. Podríamos decir que ayudan al organismo a manejar el estrés y a contrarrestar esos efectos nocivos.

Reducir los estresores diarios se traduce en un aumento de rendimiento de las funciones del cuerpo, mejorando procesos como la memoria, la resistencia a la fatiga y el control de la atención.

TIPOS DE ADAPTÓGENOS

Entre las plantas adaptógenas que han demostrado beneficios para la salud encontramos hierbas, hongos, semillas y especias. Veamos algunas de las más conocidas:

Ginseng siberiano

Este adaptógeno es uno de los más estudiados. Crece en China y Rusia y es un remedio popular para las personas que se sienten agotadas y cansadas por el estrés. 

En realidad, esta hierba no es un ginseng, pero funciona de manera similar. También es conocida como eleuterococo. 

Albahaca Santa

Los seguidores de la medicina oriental la llaman «elixir de la vida» por sus grandes beneficios para la salud.

Esta hierba se usa para todo, desde reducir el estrés hasta combatir la indigestión. También es conocida como tulsi.

Maca

Es una raíz originaria de las montañas de los Andes y tiene un sabor dulce y a nuez. Se le atribuyen efectos estimulantes y vigorizantes.

Reishi

El reishi es un hongo que se ha utilizado durante siglos en Asia oriental como medicamento. 

A diferencia de otros hongos como el shiitake, el reishi no se cocina entero. Lo más común es encontrarlo en forma de polvo seco. Nosotros lo incorporamos en una de nuestras barritas de proteína.

Rhodiola

Es una planta que crece en regiones frías y de elevada altitud en el hemisferio norte. 

Históricamente se ha utilizado en Rusia y Escandinavia para tratar enfermedades menores como dolores de cabeza y gripe. Y en algunos escritos aparece que los vikingos la usaban para aumentar su fuerza y ​​resistencia física

También es conocida como la raíz de oro o raíz ártica. 

Ashwagandha (Withania somnifera) 

El nombre ashwagandha en sánscrito significa «olor a caballo». Tiene un olor fuerte y la reputación de dar a las personas una gran vitalidad. 

También es llamado ginseng indio.

Otras plantas adaptógenas que también parecen reducir el estrés y mejorar el rendimiento mental son las siguientes:

  • Baya de Goji (Lycium barbarum).
  • Raíz de regaliz (Glycyrrhiza glabra).
  • Baya de Schisandra (Schisandra chinensis).
  • La cúrcuma (Curcuma longa).
  • Ginseng americano (Panax quinquefolius).

IDEAS PARA AÑADIR LOS ADAPTÓGENOS EN TU DÍA A DÍA

Existen muchas maneras de incluir las plantas adaptógenas a tu vida. Lo ideal es encontrar una forma fácil que se adapte a tu rutina y a tu alimentación.

Los adaptógenos se pueden encontrar en su forma natural (hierbas, plantas, raíces, hongos…) y también en cápsulas y en polvo. 

Esta gran variedad hace más sencilla su utilización e ingesta.

Una forma común y sencilla es incluir estas plantas adaptógenas en la preparación de té, ya sea caliente o frío. 

Si lo prefieres en polvo, puedes probar a añadir alguno de estos adaptógenos a tu café o a tu batido de proteínas.

Mucha gente usa albahaca santa, en salteados y sopas porque agrega un sabor picante.

La maca en polvo funciona bien espolvoreada en yogur, con avena o en batidos.

El reishi en polvo se suele añadir a las sopas. O en caso de tener el hongo completo, puedes usarlo para hacer un té amargo.

La schisandra es una hierba que combina bien con una mermelada o en un té chai.

EN RESUMEN

Los adaptógenos no son un concepto nuevo. Se han estudiado a lo largo de la historia como una forma de mejorar la capacidad del cuerpo para responder al estrés, aumentar la energía, potenciar la atención y combatir la fatiga. 

Esto no quiere decir que las plantas adaptógenas sean una solución rápida y mágica para el estrés. 

Deben contemplarse como una herramienta más para mejorar nuestra salud, junto al ejercicio, el sueño, la alimentación y otros hábitos saludables como la meditación o el contacto con la naturaleza.

La variedad de tipos y sabores de estas hierbas y sus diferentes modos de empleo hacen sencillo adaptar su consumo a tus preferencias particulares. Puedes preferirlos en tu bebida (té, café, batidos) o en tus platos como en una sopa, un guiso o una ensalada. ¡Tu salud te lo agradecerá!

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